"Yo no crecí asistiendo al
servicio de la tarde del Día del Señor, y las iglesias que yo asistí no lo
ofrecían. Puedo recordar fácilmente la rutina del domingo de mi familia:
Asistíamos al servicio de la mañana y luego pasábamos el resto del día en el
campo de futbol, viendo televisión, o haciendo algún trabajo doméstico en la
casa. En todo caso, el Día del Señor era la hora del Señor o en el mejor de los
casos la mañana del Señor.
Después de casi veinte años en la fe Reformada, sin embargo, yo tengo la
convicción ahora de que el culto de la tarde es una parte vital para la
edificación, crecimiento y discipulado cristiano. Espero convencerlo de lo
mismo. Lo siguiente son cinco razones por las cuales los Cristianos deben
gozosamente asistir tanto a la adoración matutina como vespertina en el Día del
Señor".
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