ESPEJITO ESPEJITO
La modestia es un
asunto controvertido. No importa en qué forma lo encare el siervo de Dios, los
que lo escuchen lo juzgarán legalista o libertario. Es inevitable. Hablar
contra la moda actual y las tendencias populares es siempre difícil y costoso
para el siervo de Dios. Sin embargo, Dios lo ha llamado a seguir un rumbo que
lo conduce por designio divino hacia una colisión frontal con el pensamiento y
las costumbres del mundo.
Mi objetivo, no
obstante, no es la controversia. Mi deseo es únicamente glorificar al Señor
Jesucristo y estimular a su pueblo al amor y a las buenas obras (cf. Hebreos
10:24). Sin embargo, puesto que la controversia es ineludible en esta materia,
seguiré esta norma: Seamos más estrictos
con nosotros mismos y más tolerantes con los demás. La regla para nuestra
propia conversación debe ser muy estricta, pero la que usamos para censurar a
otros estará más bien entre las más indulgentes”.
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